La Muralla de las Santas Prohibiciones es la prisión de la Iglesia. Desde ladrones insignificantes a herejes incurables, aquellos que han cometido infracciones contra la Iglesia, sean palabras o acciones, terminan en estas celdas. El cruel Inquisidor los vigila, buscando la salvación en la brutalidad de la tortura y castigo.
El área se sitúa a oeste de los Altos de la Archicatedral, y un elevador lo conecta con el Convento de la Faz Denegrida. La Llave de las Altas Cumbres permite usarlo y revela una nueva parte del Convento.
Hay un gran número de celdas, muchas de las cuales están conectadas y necesitan de llaves para abrirse. Las llaves del Seglar y del Escribano se encuentran entre estas paredes, mientras que la del Inquisidor la tiene en posesión la mercader Candelaria en su tienda de Los Lienzos Durmientes. Dependiendo de las decisiones de Penitente, una de las celdas detrás del cerrojo del Inquisidor oculta a Cleofás.
Hay una fuente de Óleo de los Peregrinos y una Estatua de los Confesores en esta zona.
Su jefe es Quirce, el Devuelto por las Llamas, esperando a que Penitente baje la guardia y que caiga en una trampa que le llevará a un combate inesperado. Después de la batalla, Deogracias estará esperando para relatar la historia de Quirce en caso de que Penitente quiera escucharla.
Cómo acceder[]
- Yendo a través de los Altos de la Archicatedral
- Utilizando el elevador desde el Convento de la Faz Denegrida
Habitantes[]
|
Puntos de interés[]
Galería[]
